'Zapata después de Zapata' y la histeria conservadora.



A ver... Hay un tema muy en boga sobre la pintura que he colgado acá. Se llama La Revolución (2014), expuesta actualmente en el Museo del Palacio de Bellas Artes de México. El autor de la obra se llama Fabián Cháirez, mexicano, ''travesti a medio tiempo'' (como se define él mismo) y artista plástico. Ha causado todo un revuelo agresivo pese a que en la exposición (denominada Zapata después de Zapata) hay diferentes pinturas sobre el personaje histórico, que pretende demostrar las diversas formas de ver, de entender y sistematizar, en este caso, a Emilio Zapata, a través de la visión e imaginario de diversos pintores mexicanos. Este es pues, uno de los objetivos de la misma.

Así reza parte de la justificación de la exposición en la página oficial del Museo del Palacio de Bellas Artes: 

¿Qué significan Zapata y sus imágenes para la historia de México y los Estados Unidos, su visualización actual y sus nuevas construcciones en un futuro binacional? ¿Cuáles son los legados zapatistas y cómo las comunidades mexicanas y mexicoamericanas han interactuado con ellos? ¿A quién le pertenece Zapata, al Estado o a esa abstracción llamada “pueblo”? Estas son algunas de las preguntas que articulará la muestra a lo largo de cuatro grandes secciones: líder campesino, la fabricación del héroe de la nación, imágenes migrantes y otras revoluciones. El concepto curatorial está a cargo de Luis Adrián Vargas Santiago, historiador del arte y especialista en la imagen de Zapata.

Son muchas las pinturas que conforman esta exposición, pero al parecer solo esta en particular ha generado bastante controversia y respuestas totalmente agresivas del sector más conservador y rancio mexicano, que argumentan su agresividad diciendo que es una falta de respeto y burla hacia la figura de Zapata y hacia la historia patria. Pese a que el pintor de la obra en cuestión aclaró en el programa de televisión ''De Pisa y Corre'' que no pintó expresamente a Emilio Zapata, sino que utilizó los elementos propios del 'charro' mexicano o aquellos elementos con que el país define su masculinidad, el público lo fue identificando con el personaje histórico y él no le llevó la contraria. Ahora, asumiendo que este público lo asume como Emilio Zapata y dada toda esta histeria desatada del conservadurismo, me hace reflexionar y preguntarme lo siguiente:
¿Qué les ofende? ¿Que hayan feminizado a un hombre, que más allá del hombre histórico es un símbolo, nación, cultura, masculinidad, poder, identidad y lo hayan convertido en otro símbolo de otros sectores? ¿Les ofende porque les parece vulgar? ¿Dónde está lo vulgar? En el desnudo? En los tacones empistolados? ¿En la banalización de la masculinidad? ¿Les ofende lo afeminado?

Fabián Cháirez. Imagen tomada del Herald Review.

¿Y quién no se apropia de personajes y los acopla a sus intereses de clase, de colectivos? Lo ha hecho el catolicismo con la imagen europeizada de Cristo. Se ha apropiado la misma sociedad patriarcal de Frida Kahlo y la ha convertido en una especie de gurú de mensajes positivos, despojándola del contenido revolucionario de sus posturas y propuestas artísticas. Lo hacen asquerosamente con la imagen de Mandela cada vez más blanqueado por los acérrimos defensores del establishment. Cada grupo humano o de clase genera sus símbolos y valores necesarios con los cuales identificarse y sobrevivir.

Si tú eres el que cree que es una burla hacia la figura de Zapata entonces eres de los que no han comprendido nada o eres parte de los portadores del machismo que asumen lo femenino o la “feminización” como una ofensa, una vulgaridad, una debilidad, etc. La Revolución va más allá de la figura en sí, aunque la use para llevar un meta mensaje. Con lo violento e histérico que se ha puesto un sector del país al ver esta pintura, para mí demuestra precisamente el valor que tiene: develar los prejuicios más podridos de la sociedad mexicana, demostrar que nadie es dueño de la historia y de las figuras nacionales históricas, que otros también tienen sus visiones y tienen el derecho a interpretarla y sistematizarla. En ningún momento ha salido el pintor a tergiversar la historia de Zapata, a menospreciarla o inventarle cosas no sustentadas. No. Simplemente molesta que el Zapata entaconado y desnudo va transversalmente en contra del Zapata macho, es decir, cultura, tradición, es decir, país, México, el México de unos y no de todos.

Increíble la propuesta artística del Museo del Palacio de Bellas Artes de presentar en una misma palestra todas estas visiones en torno a Emilio Zapata y la masculinidad mexicana. Mucho más increíble el coraje del pintor Fabián Cháirez por atreverse, pese a la histeria conservadora que se le avecinaba.

Por Abby García.
abby.garcia.val@gmail.com

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